El Cabello

Hemos hecho un repaso a través de la piel viendo los cuidados y métodos a seguir para conservarla cada día más bonita. Del mismo modo se ha comprobado cómo a lo largo de la Historia han existido varias mujeres cuya belleza fue todo un símbolo, la cual no sólo cuidaron y aumentaron a través de métodos propios, sino que hicieron de ella su medio principal para conseguir fines mayores.

Pero a la hora de hablar de belleza no podemos detenernos únicamente en el cutis y sus cuidados, pues hay otras partes del cuerpo que son también fundamentales, siendo precisamente el conjunto de todas ellas lo que forma la belleza de las personas. Por eso creo que deberíamos hacer un alto en algo fundamental como es el cabello, ya que éste es igual de importante que unos ojos bonitos, unas manos bien cuidadas o un cutis perfecto. )Qué efecto nos produciría una persona que llevase un traje precioso con unos zapatos feos, viejos y deslucidos? - Sería deplorable, )verdad? - Pues eso es algo parecido a nuestra imagen. No es suficiente cuidar sólo la cara o cuello, es preciso que también mimemos un poquito al pelo para estar en buenas condiciones. No significa que tengamos que perder horas en ello, pero unos trucos sencillos bien merecen la pena.

A lo largo de estas páginas recordaremos las costumbres y modas que tenían otras épocas respecto al pelo; así pues comprobaremos cómo hubo una tiempo en que las señoras y señores empolvaban sus grandiosos peinados, o veremos las atrocidades que se han cometido durante muchos años con el único afán de conservar su cabello. No olvidemos que tanto éste como todas aquellas atenciones que puedan dispensarse a la cabeza femenina (adornos, tocados, etc.) han sido vitales en la mujer a través de la Historia. El pelo, al igual que las manos o los ojos, es una de las partes del cuerpo femenino que más alabanzas y cantos han tenido en la literatura de todos los tiempos. Escritores y poetas de renombre universal hacen en sus obras continuas alusiones a ello. Por ejemplo en la Celestina, Calisto define de esta manera los cabellos de Melibea a su amigo Sempronio:

"Comienzo por los cabellos: )ves tú las madejas de oro delgado que hilan en Arabia? - Más lindos son, y no resplandecen menos. Su longuera hasta el postrero asiento de sus pies; después crinados y atados con la delgada cuerda, como ella se los pone, no ha más menester para convertir los hombres en piedra."

Como vemos es un canto de admiración hacia el pelo maravilloso de su amada. Pasajes como éste podemos encontrar muchos en diversas obras. Por todo ello, por considerar que el cabello merece un lugar destacado, vamos a procurar desde estas páginas despejar algunas dudas con el objeto de tenerlo cuidado y bonito.

En primer lugar y antes de meternos con temas concretos, empezaremos hablando de los diferentes cortes de pelo que podemos llevar, por ser éstos los encargados de dar un estilo y una apariencia concreta a la persona. Por eso su elección es importante y antes de decidirnos a llevarlo de una u otra manera, es conveniente que recordemos algunos puntos que sin duda nos ayudarán en su elección. Así pues lo primero que hemos de tener en cuenta son las características personales de cada uno, como por ejemplo la forma de la cara, del cuello e incluso la estatura que tengamos, pues el pelo irá en función de estos factores. Por lo tanto recordaremos que aquellas personas altas y sobre todo con el cuello estilizado, podrán hacer uso de una bonita melena así como de otros muchos peinados, ya que sus características se lo permiten. Por el contrario los rostros afilados o muy delgados deberán huir del pelo largo y liso, porque ello no haría otra cosa que acentuar aún más dichas facciones. Para éstos lo indicado sería llevar el pelo fosco y despejado de la cara, al objeto de suavizar la imagen y dar mayor volumen al peinado. Así mismo el pelo liso siempre estará indicado para las personas con la cara un poco redondeada; es algo que jugará en su favor dándole un aspecto distinto.

Estos trucos que a simple vista parecen no tener demasiada importancia, sin embargo a la hora de aplicarlos pueden hacer maravillas en una persona, pues su misión es precisamente acentuar lo más bonito o disimular aquello que menos favorece.

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